La notoria falta de seguridad en el país sigue dando que hablar y despierta medidas que causan mayor desencanto en la sociedad.
Una de las “originales” y más difundidas acciones de dirigentes en estos últimos días fue la construcción del muro que separo a los vecinos de San Isidro y San Fernando, hecho que genero un rechazo por parte de los ciudadanos y una situación que rozo muy de cerca de la discriminación, al querer separar lo que se cree que es seguro de lo que no.
Se puede tomar como antecedente el alambrado puesto por el Ex. Jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra en la Villa 31 o el zanjón que el intendente Mario Secco accedió a construir luego del reclamo de vecinos de Villa del Plata al no encontrar una solución al flagelo. Sin embargo, ambos accionares no llegaron a dar una salida a la cuestión.
El tan mencionado intendente de San Isidro Gustavo Posee, defendió su medida primitiva al decir que no siente que haya una autoridad moral que lo contenga y le diga qué puede hacer y qué no; esperemos que los vecinos de San Isidro encuentren en su intendente la contención que a ellos también les hace falta.
Por su lado y reafirmando el despropósito que fue la construcción y el rechazo que es para los vecinos sentirse clasificados entre buenos y malos, no tardaron en oírse las voces fuertes del poder como la de la Presidente, que aseguró que se trató de una medida “separatista” y que es un momento en donde “en vez de separar hay que construir” (con “construir” esperemos que se refiera a políticas de seguridad más fuertes, y no a muros).
Tal fue la magnitud del hecho que, al igual que el de Berlín (pero a menor grado), fue destruido por los habitantes de la zona, mostrando así que la solución no esta dada al tapar los problemas con un cantero de hormigón y un alambrado.
La búsqueda de culpables posibles, seguramente resulta más sencillo que aplicar directivas que generen una mayor prevención en las cuestiones de seguridad en las calles.
Habrá que esperar entonces, para saltar el paredón de la inseguridad y obtener al fin las garantías que el pueblo necesita.
Fabio Pisarello.
