martes, 12 de mayo de 2009

¿“Qué te pasa” Ley de radiodifusión?


Hasta en un problema familiar, por más simple que sea, una voz sola no basta, hay que escuchar muchas campanas para saber de donde proviene el eje de la cuestión, pero ¿qué sucedería si sólo se escucha a esa sola voz? Probablemente solo diría lo que le conviene y nada de lo que podría llegar a perjudicarlo.
De éste simple ejemplo se puede deducir que sólo se verá una pequeña porción de la realidad, eso mismo pasa cuando se concentran los medios en pocas manos, la gente tal vez no llegue a darse cuenta que la lucha de intereses a veces pesan más que la información en sí.

Hay que remontarse a 29 años atrás, el 15 de septiembre de 1980, en donde se dicta la tan famosa y polémica ley de radiodifusión, que terminó de completarse bajo el gobierno del dr. Menem en 1989 y básicamente, entre sus puntos más llamativos, se encuentran: la no protección del trabajo local, la concentración horizontal por vía de la admisión de multimedios y la aparición de holdings (Sociedades financieras que poseen o controlan la mayoría de las acciones de un grupo de empresas), permitir que una sola persona sea titula de 24 licencias de servicios (radio y TV) y además que las licencias duren 15 años y se puedan prorrogar por 10 años más.

La lista continúa y resulta obvio preguntarse ¿por qué el Estado con sus 25 años de democracia, sigue con una ley de la dictadura?, más factible aún se puede preguntar por qué los gobiernos que se impusieron como “revolucionarios”, no hicieron mucho por resolver este tema que afecta mucho a la gente que trabaja en los medios, dado que esta concentración también atenta con la poca oferta laboral.

Pero sin perder el rumbo del tema, se puede considerar el hecho que ninguno de los gobiernos del 83 hizo algo por cambiar la ley, dado que también existían intereses en los políticos de turno, para que los medios “pintaran” una situación totalmente distinta a la que estaba sucediendo, a cambio de que no se toque el privilegio con el que contaban y siguen contando los grupos mediáticos.

Sin embargo, el tiempo fue dejando una relación tensa entre los principales grupos y los gobernantes (un claro ejemplo es el que ocurre en la actualidad con el constante cruce de palabras entre Clarín y el gobierno), por tal motivo y después de más de 25 años de sancionada la ley, comenzó a gestarse lo que se supone será una reforma a la ley actual.

Demorada por diversas cuestiones, éste proyecto en contraposición con lo mencionado anteriormente provocaría que se exija el 70 % de producción nacional en las radios y 60 % en la TV, tener 10 licencias de servicios abiertos y éstas durarán 10 años y se podrán prorrogar por 10 más sólo por una previa realización de audiencias públicas.

Ya que la concentración de medios atenta contra la pluralidad informativa, el cambio resulta necesario, para de una vez por todas terminar con la cultura del “ojos que no ven, corazón que no siente”.

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