martes, 23 de junio de 2009

La Leyenda del "Primer Trabajador"






Todos los argentinos no pueden ignorar la historia del país y menos el nombre de Juan Domingo Perón, el personaje político más importante de los últimos 60 años, pero ¿cómo fue el surgimiento de éste líder carismático?, no todos lo saben, pero lo que hay que destacar es la gran astucia con la que llevo a cabo diferentes proyectos, siempre centrados en los que, hasta entonces, no tenían un rol importante dentro de la escena política: el pueblo.

Luego de un arduo trabajo en la vicepresidencia de la nación y el ministerio de guerra en el gobierno de facto comenzado en el 43, Perón se encargo del ministerio de trabajo y previsión, rol supo aprovechar para mover las piezas justas y así ganarse el apoyo de los sindicatos. Pero como la competencia no le gustaba al gobierno militar, fue desposeído de sus cargos y detenido. Sin embargo éste hecho lejos de perjudicarlo fue el golpe de gracia para que todo lo que viniera fuese a su favor.

Es así como en el año 1945, el 17 de octubre más precisamente, surgieron movilizaciones espontáneas (difícil de imaginar en la actualidad, en un país que desconfía de todos los que están al mando), encabezadas por trabajadores y sindicalistas, en busca de la inmediata liberación del, en ese entonces, Coronel Perón y posicionando en un rol importante a un personaje fundamental en el futuro: Eva Duarte, quién también a partir de ese momento marcaría a fuego su imagen en el inconciente colectivo del país.

Lo que no se cuenta de ésta historia es que hubo disturbios, ataques a diarios, a universitarios que estaban en contra del pensamiento de Perón y que además ese fue el comienzo de la cultura de marchas, movilizaciones, asados al aire libre entre “compañeros” y todo lo que para esta época resulta cotidiano. Sin embargo las versiones oficiales dejaron de lado lo oscuro detrás de los hechos y sacaron a relucir el gran triunfo que resultó la liberación impulsada por el pueblo.

Desde 1946 en adelante, Perón se ganó el amor y el odio de muchos, le mostró los dientes a quién se los tuvo que mostrar y logró conformar un partido imposible de imaginar antes, en donde no se representaba los intereses de un sector en particular, sino que la base estaba dada en lo popular, y así fue, hasta que por cosas del destino y malas jugadas políticas con quienes no debía meterse, culminaron en su salida por la puerta de atrás en 1955.

Prohibido pero no olvidado por sus seguidores, luego de casi 20 años regreso y gobernó por un corto período entre 1973 y 1974, pero el escenario ya era otro.
Con su muerte surgía la leyenda (cuestionable o no) y a partir de ese momento se siguieron moldeando personajes que intentaron imitarlo y se cubrieron con la frase: “Si Perón estuviera vivo hubiera…”, y los argentinos, al parecer impactados por lo que fue aquel líder, trataron de buscarlo en otros que al llegar al poder demostraron todo lo contrario a lo que fueron las medidas de aquellos años.

Se llegó al punto de que los últimos dos presidentes quisieron evocar la imagen de Perón y Evita y marcar tendencia como en ese entonces, sin embargo no se dio y tal vez esa pérdida en el rumbo haga que la imagen de la Primer Mandataria y su marido estén cada vez más cuestionadas.

A 34 años de su muerte, aún sigue vigente y si bien existen sentimientos encontrados entre los argentinos, vale terminar con una reflexión de Juan José Sebrelli que engloba el por qué de la permanencia del pensamiento del político en la sociedad: “Perón hacía por ellos los gestos que ellos hubieran querido hacer, pero nunca se hubieran atrevido”.

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