martes, 23 de junio de 2009

Una Deuda Interna


¿Qué fue de esos años en donde escuchar algo sobre la deuda externa era algo cotidiano?, por fortuna ese término desapareció de la jerga diaria de los argentinos, sin embargo y por más que no se distinga, sigue rondando por los aires del país.

Nadie lo sabe bien, pero cada argentino está más endeudado de lo que cree, si así es, por más que cueste aceptarlo, cada ciudadano de la Nación debe aproximadamente 4000 dólares de deuda externa, aunque al no estar enterados no se pueden dar cuenta de la magnitud del hecho.

Pero cabe realizar la pregunta ¿alguna vez no estuvimos endeudados? O mejor aún ¿cómo es que nos endeudamos tanto? La historia puede encontrar su comienzo más turbio con la llegada del gobierno militar en 1976, la inclusión de un ministro de economía bastante amigo de los sectores altos, como lo fue Martínez de Hoz, no ayudo demasiado al sistema económico que ya estaba viniendo en declive hacia fines del gobierno peronista.

Medidas tales como la bicicleta financiera (donde se implementó la especulación a través de la “tablita financiera”, por la cual se estaba al corriente del precio del dólar y luego los capitales se fugaban del país) , el acto de buena fe con los empresarios al estatizar la deuda privada y por último la inversión en armamentos debido a las posible guerra con Chile y posteriormente Malvinas, dejo un incremento en la deuda de aproximadamente de 37.300 millones de dólares.

Luego de ésta hecatombe, llego el turno de la democracia, sin embargo al gobierno de Raúl Alfonsín no le fue mejor, el mal contexto económico llevo a que se emitiera moneda, las malas medidas económicas y el surgimiento de un nuevo enemigo que fue la hiperinflación, provocaron que se dé por sentado que no se podía pagar ningún tipo de deuda y que además que ésta iba creciendo a medida que el tiempo transcurría. Entonces, llego el turno del Dr. Menem, y ahí si estuvo el golpe de gracia para el knock out económico: la privatización de empresas del estado que sustentaban los fondos nacionales y el emergente pedido de más préstamos. (Más el toque de corrupción característico de aquellos años)

Todo esto desemboca en la tan sufrida circunstancia que le tocó vivir al país cuando tuvo cinco Presidentes en una semana, y que a alguno que duro un día se le haya escapado “no vamos a pagar la deuda”, aplauso de por medio.
Luego de la salida polémica de Rodriguez Saá, con la llegada de Duhalde y la posterior asunción de Néstor Kirchner, los ánimos sociales fueron más esperanzadores hasta el día en el que el ex Presidente patagónico canceló la deuda con el FMI US$ 9810 millones. Sin embargo y aunque muchos lo crean así, el final de la historia no está ahí.

Todavía el país sigue endeudado (aproximadamente la deuda es de US$ 226 mil millones), la diferencia es que nadie lo dice, y es una pelota que se patea para adelante, el problema va a ser el día en el que el Estado argentino alcance esa pelota y tenga que definir la jugada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario